lunes, 15 de noviembre de 2010

LA VISITA DEL PAPA

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La ùltima visita del Papa a nuestro paìs, ha orifinado, como nunca, una especie de convulsión polìtica que tardarà algún tiempo en desaparecer. Benedicto XVI viene acrecentado de ser el Papa màs intelectual, teòlogo y hasta mìstico de los ùltimos tiempos. Su postura y sus declaraciones no corresponden con esas cualidades excelsas que le acompañan. Sòlo se pueden justificar por el conjunto de asesores de la Curia que le aconsejan y acompañan siempre y a todas partes. La infalibilidad del Papa que se aprobò en el Concilio Vaticano I el año 1870, ya sabemos que no afecta a declaraciones fuera de las que se refiere a las reformas dogmàticas de la iglesia y en calidad de ex càtedra. Por lo tanto, aùn desde dentro del campo de una fidelidad catòlica pueden ser analizados y discutidas. Las declaraciones ùltimas condenando el uso de los preservativos a los pueblos ignorantes de África, que pudieran acrecentar el nùmero de enfermos del sida, la inhibición, en parte, sobre la pederastia dentro de la iglesia y la ùltima declaraciòn comparando al laicismo de hoy con el laicismo en la España de los aaños treinta, son unas declaraciones que pueden dañar las conciencias de los catòlicos practicantes y sinceros, aunque lo justifiquen y lo acepten aquellos catòlicos solo de nombre y que desconocen el espìritu de los evangelios.
Es posible que esos asesores del Papa hayan considerado conveniente una “salida hacia adelante” para tratar de ensombrecer esas acusaciones hacia el Papa y la Iglesia, y frenar en lo posible ese absentismo religioso que se observa en todas las Iglesias catòlicas.

Firmado: Juan Covaleda

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