viernes, 27 de febrero de 2009

DARWIN Y LA EVOLUCION

El día 12 pasado se cumplieron los 200 años del nacimiento del científico inglés Chaeles Darwin. Muy poco se ha escrito y hablado de ello porque todavía no ha calado a fondo en el común de las gentes las investigaciones y el cambio que significó en el conocimiento de los animales, incluido el hombre, su teoría de la Evolución. Su priomer libro “El Origen de las Especies” y su otro “El origen del Hombre” han revolucionado todos los conceptos que tenìamos sobre nuesra existencia. Copérnico en el siglo XVI y Darwin en el siglo XIX han sido los dos hombres que mas han aportado en el conocimiento de el Coelo y de la Tierra. El prrimero con su teoría Heliocentrica y el segundo con su teoría Evolucionista nos abrieron un camino que estaba muy cerrado al conocimiento de más o menos lo que somos y más o menos dónde estamos instaladoss. Cuando Copérnico se atrevió a decirnos que la Tierra no era plana y que giraba alrrededor del Sol y no al contrario, la Astronomía balbuciente desde los griegos, inicíó una carrera imparable hacia el conocimiento del Cosmico. Cuando Darwin nos demostró de donde provienen nuestros cuerpos fisicos se vino abajo la teoría Creacionista, a dedo, de los animales y las plantas. Que el cuerpo humano no es sólo físico ya lo sabemos. El Espíritu o Alna que aniida en niestros cuerpos es una energía que nos proviene de alguna fuente cósmica que todavía desconocemos. Esto nos llevaría a considerar a un Alma Universal que se mantiene en todo lo existente.
La teoría Creacionista tanto tiempo alimentada por algunas relegiones, fue destruída por la teoría de la Evolución. Cien años tardó la Iglesia en reconocer la teoría heliocéntrica de Cop´rtnico y tosavía más tirmpo tardará la Iglesia en reconocer el hecho evidente de la Evolución.
Juan Covaleda

miércoles, 11 de febrero de 2009

SEMBRAR EL LADRILLO

Decía el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri en los años 60 a los gobernantes de su país lo siguiente: “Hay que sembrar el petróleo” Nosotros tenemos que decir ahora en era España tan adelantada en la construcción lo siguiente: “Hay que sembrar el ladrillo” Es cierto que la Unión Europea con el mismo criterio ha subvencionado a la industria agrícola y pecuaria española durante algún tiempo: el olivo, el lino, las ovejas, etc. Pero el afán de mayor lucro con la construcción de viviendas la picaresca humana siempre a la expectativa. Han abandonado esa trayectoria y nos encontramos sin lo uno ni lo otro. Porque España, además de ser una líder en turismo, puede ser también una líder mundial en la exportación de productos agrícolas. Por su clima, por sus costas y por su historia, nuestro país es esencialmente agrícola. Pero el trabajo en el campo ha estado siempre subvalorado. Por tanto, hay que dignificar a los trabadores del campo, Hay que olvidarse de los “jornaleros” y hay que pensar en los especialistas en la siembra, el laboreo y la recolección de los frutos alimenticios.El arado, la hoz y la trilla ya han sido desechados. Fomentemos aún más ahora las máquinas agrícolas y animemos a los jóvenes estudiantes a familiarizarse con las faenas más importantes y más necesarias para la humanidad como son los alimentos aprovechando la benignidad de la tierra que con un pequeño esfuerzo nos produce de todo.!Que no sea indigno para ningún profesional de carrera trabajar aunque sea provisionalmente en el campo como no lo fue anteriormente ver a un médico o a un abogado subido en un andamio!
Sembrar el ladrillo ocupando a una gran parte de los parados, en trabajos permanentes como son la agricultura y la ganadería, sería una solución junto a otras dos que pudieran ser el turismo y la investigación.
Juan covaleda

miércoles, 4 de febrero de 2009

LOS BANCOS Y LA CRISIS

La reunión del presidente del gobierno con los prinipales presidentes de los Banco nacionales celebrado el lines pasado en la Moncloa puede ser el principio de la medida más importante para paliar y también para el comienzo de una estrategia nueva para cambiar la sociedad económica actual. Es reconocido por todos que los Bancos son una necesidad para el desenvolvimieento del comercio y de la industrua. Por lo tanto no serría posible elimoniarlos. También es natural qque los Bancos como emprersas privadas traten justamente y legalmente de acumular los mejores beneficios posibles. Se lo exigen sus accionistas, personajes anónimos que por definición están excentos de cualidades morales y éticas que se puedan conmoveer ante la crisis. El Bamco de España no es lo suficientemente efectivo para controlar a unas emprersas llamados Bancos o Cajas en un regimen de libre mercado. Pero las entidades bancarias han actuado en los últimos tiempos en un uso y abuso de sus atribuciones. El lema antiguo bancario de ”PEDIR PRESTADO PARA PRESTAR” se ha roto, y con los depósitos de los clientes destinados a prestar se han hechos inversoness fabulosas ddentro y fuera de España que muchas veces han terminado en fracasos y pèrdidas. Un nueva ley de Bnacos y Entidades Financieras Españolas sería una necesidad imperiosa pero imposible de aplicar de inmediato.
Pero se está vislumbraando en España (aplicado ya en otros países) la idea de la Nacionalización de la Banca o de determimados Bancos en estado de crisis. Esto sería una solución, pero en estos momentos sería un trauma que añadiría una mayor tensión en la situación de crisis en que vivimos. Esas medidas hay quee tomarlas cuando las aguas de la economía están tranquilas y se puede resolver en un consenso general.
Pero se me ocurre pensar que con esas grandes cantidades que el gibierno está repartiendo a los Bancos y a los Municipios pudiera fundar un Banco oficial que pudiera llamarse Banco Mercantil y Agrícola u otro nombre, que actuara como verdadero Banco al servicio de la pequeña y mediana empresa, y al mismo tiempo promocionara la industrua agrícola tan rica en nuestro pais y nuestro clima y un tanto abandonada desde la aparación del ladrillo.
Fomentar el Campo, el Turismo y la Renovación Energética serían los tres pilares más importantes para tratar de salir de esta crisis y para entrar en un periodo de economía sana y permanente.
juan covaleda.