El hombre está condenado a vivir siempre esclavizado a algien o a algo. Desde aquella esclavitud racial de los americanos a la que dio fín el presidente Lincol a la esclavitud de las palabras pronunciadas sin la previa reflexión necesario, hay unas esclavituddes a las que casi no podemos sustrarnos: esclavos de una intolerancia social, de unas creencias religiosas o de una posició política.
La crisis que padece el mundo occidental y muy particularmente nuestro pais España no puede resolverse con más facilidad y rapidez a causa de la esclavitud de los votos. El gobierno por una parte, y los partidos de la oposición por otra, viven enfrascados, y a veces a greñas, para tratar de arañar todos los votos posibles en las próximas elecciones, olvidando un tanto el gran problema que nos acucua de una manera vertiginosa y fatal.
Haría falta un gobierno de concentración nacional formada de políticos o indeoendientes que renunciaran a intereses particulares en beneficio de salvar una economía nuestra que pueda acabar de forma precipitada con el nivel de vida que todavia venimos disfrutando
viernes, 28 de mayo de 2010
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