domingo, 2 de agosto de 2009

ROBAR YA NO ES PECADO

ROBAR YA NO ES PECADO

Cuando yo era un niño había en mi pueblo un monaguillo que había robado del cepo de la Iglesia unas cuantas monedas que se llamaban entonces “perrasgordas” o “perraschicas”. Fue expulsado por el cura de la iglesia y rechazado por todos los feligreses, y yo mismo lo miraba de arriba abajo como a un bicho raro. Robar y además a la iglesia, ¡cómo se había atrevido a tanto! La palabra robar que hoy se llama “corrupción” ha perdido todo el valor negativo que tenía antaño, sobré todo cuando se trata de cantidades fabulosas robadas al Estado. Los representantes políticos que acumulan grandes riquezas para ellos, y que pertenecen al pueblo contribuyente, no son expulsados de la Iglesia, ni del Estado, ni siquiera rechazados por sus votantes favoritos. Muy al contrario, son paseados en olor de multitud, de jueces en jueces, rodeados de periodistas, esperando, si acaso, una estadía corta n una cárcel, en donde rumiar tranquilamente sus fechorías, y salir muy pronto a disfrutar de lo robado.
¡Cuánto me acuerdo ahorra del monaguillo de mi pueblo que robó del cepo unas monedas, quizás para llevar a su abuela, o quizás para comprarse un juguete que no le habían podido echar los Reyes Magos!
2009
Sevilla 1ª de Agosto

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